Las zonas urbanas del mundo entero, y sobre todo las que van en crecimiento como México, requieren de inmuebles con altos niveles de eficiencia energética, que logre los resultados esperados de retorno de inversión, crecimiento sostenible y ventajas para sus inquilinos.
Muchos edificios, tanto nuevos como antiguos, están migrando a sistemas inteligentes que les permitan lograr un retorno de inversión importante en el mediano o largo plazo, que proporcione beneficios a sus inquilinos y al ambiente.
Sin embargo, para que esto se logre, los sistemas inteligentes deben ser capaces de recopilar datos de todos los sistemas instalados, presentarlos de manera simple y eficaz a los administradores y encargados del mantenimiento, para que puedan tomar decisiones igualmente inteligentes que impulsen el ahorro, eficiencia y operatividad del edificio.
Dicha información la puedes concentrar en un sistema de administración de edificios (BMS).
Sin estas características, el sistema instalado en tu inmueble no es funcional y puede ser solamente un gasto.
Al contrario, si es un sistema bien empleado y trabajado adecuadamente, genera menor gasto eléctrico, de espacio, humano y, por ende, de dinero.
Cuando hablamos de eficiencia energética, nuestra visión debe ser amplia, ver desde la energía eléctrica que normalmente representa el 40% del gasto total, además de la temperatura (calefacción y sistemas de aire acondicionado), refrigeración, seguridad, uso de datos, la disponibilidad de luz natural, e incluso el gasto de gas y agua (en algunos de los casos).
Para alcanzar los objetivos comerciales de tu edificio, asegurando el confort de sus ocupantes, reduciéndose al máximo el gasto de mantenimiento y pago de servicios, la fuente de información de datos de tu edificio debe darte una visión general de lo que está sucediendo.
Información como el grado de ocupación, horarios, temperatura, luz natural disponible, e incluso la distancia entre las personas en esta “nueva normalidad” es imperante para garantizar no solo el rendimiento, sino el confort y la salud de los inquilinos.
Es aquí donde el Internet de las Cosas (IoT) en los edificios resulta mayormente importante para alcanzar los objetivos planteados desde el inicio.
Por ello, la solución al gran desafío de la eficiencia energética para el logro de objetivos, ya no significa únicamente contratar un sistema de iluminación eficiente o automatizar los horarios de ocupación, sino brindar a tu edificio inteligencia integral que comunique con eficiencia.