La industria de la construcción es responsable de emitir el 39% de los gases de efecto invernadero que ocasionan el cambio climático. Igualmente, consume 13.6% del agua del planeta y 40% de la energía total del mundo, según el World Green Building Council.
Las edificaciones sostenibles implementan diferentes estrategias que ayudan a reducir tanto sus emisiones de CO2, generación de residuos, así como uso de energía y agua.
La certificación LEED (Leadership in Energy & Environmental Design por sus siglas en inglés) es un sistema de certificación que reconoce a este tipo de edificios en todo el mundo.
Fue desarrollada por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos (U.S. Green Building Council) y tiene como objetivo avanzar en la utilización de estrategias que permitan una mejora global en el impacto medioambiental de la industria de la construcción.
En cuanto a beneficios ambientales, con la certificación LEED el edificio puede lograr:
En términos económicos, que un edificio sea certificado como LEED tiene los siguientes beneficios:
Finalmente, y cumpliendo con el ramo social de los 3 ejes de la sostenibilidad, la certificación mejora las condiciones para la salud y bienestar de los ocupantes en alrededor de un 27% en aumento de satisfacción.
Para ganar la certificación, el proyecto debe cumplir con ciertos criterios obligatorios, llamados prerrequisitos; y criterios opcionales, llamados “créditos”, establecidos en las siguientes áreas de impacto:
Cada crédito opcional otorga diferente cantidad de puntos, la sumatoria total que un edificio logre acumular corresponderá a su nivel de certificación, de acuerdo a la siguiente métrica:
Todo tipo de construcción puede aplicar a la certificación, tanto edificios nuevos, como existentes; además también vecindarios, hogares, ciudades y comunidades.