El Covid-19 llegó a poner de cabeza al mundo empresarial este 2020, pero lo que pocos saben (o al menos no se comenta mucho) es que los edificios inteligentes son inmensamente útiles a la hora de frenar el virus.
Una de las medidas preventivas más recurrentes en lo laboral, es el home office o trabajo desde casa. El gran problema de esta práctica es que muchas empresas requieren invariablemente a sus empleados en las oficinas y/o en contacto con el público.
Por otro lado, algunas compañías pueden rotar a su personal para que laboren desde casa algunos días a la semana y lo hagan de forma presencial otras jornadas.
De cualquier modo, para ese porcentaje de negocios, la situación se convirtió en un problema doble, pues además de que sus trabajadores se exponen al salir de casa para trabajar, también se ponen en peligro entre sí una vez que llegan a la oficina.
Dicho de otro modo, el coronavirus puede convertir a las oficinas en sitios potencialmente peligrosos donde se reúnen a personas de diversas procedencias día a día y que en su camino, han tenido que exponerse en mayor o menor medida al contagio.
Justo aquí es donde entra en escena la participación de los edificios inteligentes como un factor a favor de la salud de los trabajadores.
Medidas generales contra el Covid-19
Existen recomendaciones sobre esta materia, hechas por las autoridades de salud y que han sido replicadas en numerosas ocasiones por los medios de comunicación.
Por ello, sólo haremos un recuento veloz sobre lo que se recomienda desde el sector salud para los espacios cerrados.
Sin embargo, todas esas medidas pueden ser inútiles si no se contempla otro elemento importante en espacios cerrados y de eso hablaremos a continuación.
Aire
El factor más importante a tener en cuenta en los espacios cerrados, sin olvidar las medidas sanitarias que ya mencionamos, es nuestro ambiente, o sea, donde respiramos.
La razón de su relevancia es que de poco o nada servirán las medidas de prevención que tomemos, si el aire en un espacio cerrado se convierte en el transmisor del coronavirus.
Según la Facultad de Medicina de la Universidad de Wake Forest, en Carolina del Norte, Estados Unidos, las partículas de saliva con Covid-19 viajan hasta 1.8 metros al salir del cuerpo humano.
Un espacio cerrado donde el aire no se renueva, es sencillamente un sitio de contagio brutal para todos los presentes.
Edificios inteligentes vs el Covid-19
Aquí es donde la tecnología bien aplicada a un inmueble, concretamente a su calidad de aire, puede convertirse en una manera eficaz de evitar los contagios de coronavirus en el contexto laboral.
Muchos creerán que bastaría con colocar ventiladores para este propósito, pero esto sería contraproducente, pues lo único que hacen estos aparatos es “mover” el aire o hacerlo recircular dentro del sitio.
Los edificios inteligentes pueden ser útiles para evitar el contagio del Covid-19 en oficinas, y es que un sistema de ventilación de alta tecnología no se trata solamente de ventiladores, sino de barridos que renuevan el aire al interior de los inmuebles.
Lo que hacen es tomar el aire viciado del interior del edificio y cambiarlo por aire del exterior que fue previamente filtrado.
Además, la tecnología en los edificios inteligentes permite medir la calidad del aire de sus interiores, por lo que se puede ajustar y automatizar la renovación del aire para mantenerlo siempre en los niveles más puros.
De este modo, todo el personal estará más protegido del contagio y tu oficina no sólo será segura, sino que jamás se convertirá en un foco rojo.
Por otro lado, si tu edificio es inteligente y consigues una certificación, puedes demostrar que tu inmueble es seguro para tus empleados, incluso en tiempos de pandemia, por lo que podrás seguir operando con todas las medidas de salud necesarias.
Sin duda, los edificios inteligentes pueden evitar el contagio del Covid-19 en lugares cerrados, como tu oficina, pero lo más importante es que pueden ser parte de la solución de la pandemia.